¡Crónica de un día!
5:30 am. Un baño de rutina y como ganando las horas al día me puse hacer la limpieza en algunos espacios de la casa, luego como cada mañana fui por la carretera a sacar pasto para los cuyes y del conejo engreído de mis niñas Génesis Milagros. y Xaira Sol.
6:30 am. Listo con la laptop para culminar unos informes pendientes; sin embargo ya empiezan a buscarme por algunas gestiones; en la oficina y en el negocio normalmente empezamos a atendemos a partir de las 7:30 am.
Ya, cerca las 8:00 am; Rosita, una niña de 12 años, hija mayor de cinco hermanos de padres y hogar disfuncional que vive junto a su madre por el AA, HH José Olaya se fue a la casa.
Mi familia se volvió condescendiente con ella y con sus demás hermanitos, le apoyamos con algo; ella y sus demás hermanitos a mi esposa y a mí, por cariño nos dicen tíos.
Una avena, pan y palta, fue el desayuno. Casi a las 9:00 am. Rosita nos hace saber sentirse mal, algo de cólico menstrual (biológico) y que me pide llevarle a su casa.
A unas cuatro cuadras, de una calle maltrecha sin asfaltar veo ingresar un motocar por la esquina, en sentido contrario zigzagueando, decidí darle pase por mi derecha, sin embargo repentinamente volvió a zigzaguear hasta envestir a mi moto lineal, quedamos tirados al piso, el motocarrista sin auxiliarnos estuvo dándose a la fuga, los vecinos del lugar lograron alcanzarle y levantarle de la parte posterior de su motocar; cual motocrosista aceleró fuerte con ruido estridente intentando escapar, mientras que una de las llantas traseras donde va la cadena rodeaba al aire, parece que le quitaron la llave; era un adolescente sin licencia para conducir, conducía el motocar sin placa y sin documento alguno; aprendiendo a manejar. Después me enteré que se dio a la fuga dejando el motocar. Mientras tanto, vecinos del lugar atendían a Rosita y a mí. Unos ciudadanos veo embarcarle a Rosita en un motocar, ella no podía pararse y lloraba. La gente gritaba desesperada – ¡¡¡Llévenle al hospital!!; tengo el ojo ensangrentado y colgado me dicen, me asusté, era un coágulo de sangre que colgaba, sentía la sangre caliente que drenaba de mis ojos y atinaba a apretarle con mi mano derecha. Un motocarrista se presta a llevarme al hospital.
Ya en el hospital, mientras esperaba para el triaje; con sangre en la mano respondo le celular, era Madai, mi esposa llamándome asustada, mientras el motocarrista que dijo llamarse Tony, hacía las veces de mi familia para los trámites de atención, en seguida le hacían llegar la Rosita.
Los servidores del hospital están en huelga y tienen alta carga de atención; las enfermeras me preguntan los móviles del accidente y dicen que hay que esperar al doctor. Casi a media hora llega el doctor y ordena que me laven, yo, sostenía la sangre que drenaba de mi ojo derecho y escupía constante en el tacho y el papel higiénico que me limpiaba la nariz.
El médico ordena suturarme y las enfermeras dicen que tengo el ojo afectado y es necesario llamar a un oftalmólogo, era casi medio día y el oftalmólogo no llegaba; un Policía se acerca a decirme que debe sacar mi sangre para hacerme el análisis de rigor (dosaje etílico). En un rato más, las enfermeras me cogen de la muñeca izquierda intentando colocarme el equipo de venoclisis, parece que practicaban, no pudieron, dejándome, con los pinchazos y un algodón con esparadrapo. Hasta el momento no me habían aplicado ningún analgésico o algo similar que alivie el dolor o calmar el dren de la sangre.
Iba a ser el medio día. Pedí mi alta voluntaria, el médico se alteró – ¡no es mi responsabilidad! – me dijo, despreocupase doctor y no se altere - le dije con voz de paciente, mientras me movía de un lado a otro por el dolor; voy a mi casa o por otro lado, a ver si me dan algún calmante; inmediatamente ordenó inyectarme un diclofenaco, cojeando salí; antes firmé un documento.
Más tarde fui una clínica local, en seguida el medicó me suturó a la prepo – está pasando el tiempo, puede infectarse más – dijo, apenas me había inyectado xilocaina en mis parpados y sobre la marcha sentí la aguja hundirse en mi piel, en cuatro minutos ya estaba suturado, una compresa en mi fosa nasal derecha, el equipo de venoclisis con dos sueros y antibióticos, pero seguía sangrando lentamente la por la boca. Un poco de reposo y regresé a casa, ya eran las siete de la noche.
En mi casa, una amiga que vive en Tarapoto y que cumple años el mismo día que yo , me entero que también fue accidentada; a veces quiero pensar que estamos regidos por las energías cósmicas, en fin habrá que estudiarlo.
Fue incomodo dormir con secreción de sangre en la boca, pero ya no mucho. El tratamiento durará ocho días.
Valoro más a la vida, aún más sabiendo que tengo la suerte de contar con tantas personas, sin conocerlas en estas circunstancias son solidarias y hospitalarias. Amigos y no amigos, ayudándome, motocarristas que no quisieron cobrarme ni siquiera el pasaje. Si…Hay más gente buena en esta tierra extendiendo la mano, solo que son anónimas…un millón de gracias.
Posdata.
Escribo esta crónica, gracias que no he perdido la pasión de escribir y además aún puedo ver con un lado de ojp que lagrimea.
Ah, para Rosita también pedí su alta voluntaria, felizmente su caso no tuvo mayores complicaciones, solo algunas contusiones en ambas piernas. Gracias a Dios. En el acto otro paciente pidió también su alta voluntaria.
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ResponderEliminarEstou interessado para trabalhar
EliminarMe pueden llamar 60926179
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Hola buenas noches
ResponderEliminarBuenos días me interesa el trabajo soy de Bolivia más información x favor
ResponderEliminarBnos días tengo viaje el día 12 de marzo y voy necesar trabajar tengo toda la disponibilidad y actitud me dejas un contacto para más información gracias
ResponderEliminarHola quiero trabajar en España
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